miércoles, enero 04, 2006

Homenaje a José Luis Blasco Enero 2005

HOMENAJE A JOSÉ LUÍS BLASCO LÓPEZ Y A TODOS LOS QUE LUCHAN POR MELILLA CON LA PLUMA Y EL ESTUDIO DE SU HISTORIA

“Qué bien dijo aquel que dijo, cuando dijo lo que dijo”. Este refrán, especie de trabalenguas, viene muy bien al pelo para los que prometieron un pequeño homenaje al que fuera Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, José Luís Blasco López, y solo se quedó en eso, en promesa y golpecitos en el hombro, y no saben que lo que ha hecho, y aún sigue haciendo, José Luís por la cultura es por el amor al arte, en este caso es por el que siente hacia nuestra ciudad y su Historia, con mayúsculas; pero lo paradójico del caso es que nació en Medina del Campo (Valladolid), o sea que el mérito es doble. José Luís es un hombre que no desea nada para él, por su nobleza de alma y su desinterés y honradez, que aportó a la A.E.M. todo lo mejor que ha podido recopilar con sus estudios durante los años en que fue su presidente. Es colaborador de las revistas: Trápana, Aldaba, Cuadernos de Historia de Melilla; de los periódicos: MELILLA HOY, Sur, El Faro, también es Legionario de Honor y Miembro de Honor del Sindicato Nacional de Escritores Españoles. Fue asesor privado del Obispo de Málaga cuando los fastos del V Centenario sobre temas de iglesias y archivos de las mismas. También en la actualidad ha sido propuesto por el Obispado para un cargo de responsabilidad, que espero haya aceptado. ¿No creen ustedes que sería lógico y justo que la Ciudad de Melilla, ya sean las autoridades, o quienes lo deseen le ofrezcan un homenaje?; pero sin golpecitos en la espalda, porque entre estos a veces viene uno “de esquinilla” que te deja deslomado. Decía Diderot que el agradecimiento es una carga que muchas personas desean librarse de ella. Yo digo que al agradecimiento le salen canas muy pronto, envejeciendo de un día para otro, ¿verdad que sí?, pues muy bien: líbrense de esa carga y agradézcanle a un hombre que ha ofrecido a lo largo de su vida muchas horas de trabajo, sin cobrar un duro, para el bien de la Historia de nuestra ciudad. Shakespeare (“Chespi”, para los amigos) decía que el tiempo es el mejor amigo de la verdad y todo lo pone en su sitio, siendo su peor enemigo, el prejuicio, y la humildad su eterna compañera. Y como todo el mundo que conoce a José Luís sabrá que es uno de los hombres más humilde y desinteresado. Con jocosidad, pero con cariño y con su permiso yo le llamo: “Experto en Santos, Vírgenes y Beatas”, porque lo es en verdad. Pregúntenle, si no, por la historia de cualquier iglesia de nuestra ciudad o de las islas y peñones; también por los historiadores de todos los tiempos que han escrito sobre nuestra ciudad. En temas de Melilla se le debe reconocer que es una “enciclopedia viviente”, y convendrán conmigo que algún merecimiento tendrá este hombre. “El mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas”; esto no es mio, es de Concepción Arenal. Al “rusadiano poeta” Juan Garbín, al “poeta andariego de Rusadir”, Eladio Algarra, como a los rapsodas y trovadores musicales que jamás dejan a sus poemas dormir en sus corazones lanzándolos a la gente para que miren crecer el sol por el cielo azul, como nuestra bandera, impregnados del amor de hijos bien nacidos, todos ellos igualmente se merecen ese homenaje que reclamo para José Luís, porque todo el que hace algo bueno por Melilla, como estas personas, son acreedores de ese respeto y aprecio.
Queridos amigos, amantes de nuestra Historia, poetas de calle que brindais con el alma, lo mejor de vosotros, desde esta orilla os digo lo que Pérez Galdós en sus “Episodios Nacionales”: “Si la escalera de los honores es penosa siempre queda la que va al cielo”.
Recibid un abrazo y que el 2005 venga sin la mala leche como el que lo ha precedido.



Juan J. Aranda
Málaga enero 2005