lunes, enero 09, 2006

Ánimo a Cáritas 20/01/2005

ÁNIMO A CÁRITAS Y A SUS ALTRUISTAS COMPONENTES

No sé si ustedes saben de la labor que llevan a cabo los componentes de Cáritas Diocesanas en Melilla, como en toda España. Yo, que suelo estar al loro de muchas de las cosas que ocurren en nuestra ciudad, a veces me descubro con el corazón ante el esfuerzo y la generosidad tan valiente que tienen las personas que componen Cáritas en Melilla. De eso me consta porque en ella hay varias personas que son excelentes y una de ellas muy querida que siempre ha estado al lado de los que sufren y padecen. A sus padres los cuidó con los medios que tenía a su alcance hasta que se fueron los dos, en un intervalo muy corto, a La Purísima, igual que a su marido hasta su muerte, pero siempre con el ánimo a punto en el cuidado de sus hijos, que entonces eran pequeños; ahora estos son las columnas que aguantan su espíritu de buena madre. Ella tiene una sola virtud: la modestia, no tiene más. Imagino, y casi estoy seguro de ello, que sus compañeros y compañeras tienen sus mismas cualidades altruistas (si no, no estarían ahí). La prueba más palpable es la de Joaquín González Molero (Quino) que desde su puesto anterior como Consejero de Educación, Juventud y Mujer y el que tiene en la actualidad como Presidente de Cáritas. Este hombre, como todo el mundo sabe dejó su huella indeleble tras pasar por esa Consejería. Hizo que los niños melillenses participen en el bello arte de Talía; dejó en marcha el Certamen de Relato Corto, funcionando estupendamente, y creo que internacionalmente. Las becas y los ordenadores concedidos para los que más lo necesitan; la Casa de la Juventud, y tantos etcéteras que ignoro por estar en esta orilla, pero que mucha gente de la ciudad, tanto adversarios políticos que practicaron la noble emulación, como alguien llamó a la la fea envidia, como compañeros de partido, conocen a la perfección. A todos les brindo mi sincera amistad por su abnegado altruismo hacia los demás. Ya sé que a ellos no les va esta clase de “homenaje” desde las páginas de un periódico, cosa que respeto profundamente, pero como mi menda ya tiene una edad que pasa de muchas cosas, menos de esta, yo lo digo tal como lo siento, y si alguien quiere cooperar con lo que sea, si es jurdó (dinero) tanto mejor, que lo lleve a la oficina de Cáritas que verán lo agradecidos que le quedarán; y en estos días con el desastre tan grande del maremoto del Indico imagínense ustedes. Así que ánimo y ayudemos a las personas de Cáritas, que solo piden para los demás.
Yo que soy muy reiterativo al referirme al porqué, cómo, y quiénes fueron los que llevan sus nombres rotulados en las calles de Melilla me pregunto cómo es posible que el nombre de Fray Felipe de Coín no tenga su nombre en una de las antiguas Barracas de San Francisco, ya que a su muerte prometieron rotular una con su nombre en esa misma barriada, y aún estará la promesa deambulando por ahí, más bien quietecita en un cajón de algún despacho de algún preboste olvidadizo. Quizás tengamos suerte y dentro de poco tiempo podamos leer su nombre en una de las esquinas de esa barriada que fue de las que más sufrió la pobreza en la ciudad. ¿Sabían que éste fraile llamaba “Mi Niña” a la Virgen de la Victoria, y que estaba en posesión de la Medalla de Plata de la Ciudad ?. Llamaba “Mi Niña” a la Virgen porque cuidó su imagen durante cincuenta años, y para él, como para la comunidad entera era: “Su Niña”. Y la Medalla de Plata como no se la dan a cualquiera, creo que se la ganaría por su abnegación hacia los más humildes. Todo esto es recordado de conversaciones con la fuente del “Experto en Santos, Vírgenes y Beatas”, José Luís Blasco López, antiguo Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, y ya que a él no le gustan los homenajes lo cito con todo el cariño porque es uno de los que más saben de estos temas; además porque lógicamente es la verdad, y también porque me da la gana. Al Cesar lo que es del Cesar y a José Luís lo que es suyo. Así que ya sabes mi querido amigo, si no supieras nada de nuestra ciudad ni te hubieras dejado la piel por su Historia, no saldrías tanto en los papeles.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga enero de 2005