lunes, enero 09, 2006

Exámenes en Holanda y bodas gays 09/02/2005

EXÁMENES EN HOLANDA Y BODAS GAYS

Leo en El País del sábado 5 de febrero: “Holanda exigirá a los inmigrantes un examen de formación cívica”. La ministra liberal holandesa, Rita Verdonk ha presentado este plan para los que aspiren a instalarse en la Unión Europea. Las pruebas serán teóricas sobre la sociedad holandesa, su historia y sus costumbres, y la otra de lengua. Estas deben ser aprobadas necesariamente por todos los aspirantes a un permiso de residencia en los Países Bajos. Las pruebas están pensadas para ciudadanos de Marruecos, Turquía y Surinam, su antigua colonia del Caribe, que por cierto el idioma oficial sigue siendo allí el holandés, aunque hablen el Sranang Tongo (Taki-Taki), que más bien suena como un andador taca-taca, por no decir traca-traca. Los exámenes deberán efectuarse en las distintas embajadas, que son 140 sedes abiertas fuera de la UE. Para evitar los fraudes serán tomadas las huellas dactilares de cada candidato en cuestión. Dice que el Ministerio de Inmigración calcula que necesitarán entre 250 y 300 horas de estudio para salir airoso de la prueba que costará unos 350 euros. Si esta no es buena el candidato tendrá que repetir cuantas veces sea necesario, pero entonces lo tendrá que abonar de su bolsillo. El Gobierno holandés brinda, por 45 euros, un vídeo de 90 minutos donde expone la situación política y social del país. La ministra defenderá el proyecto durante esta próxima primavera ante el Parlamento donde: “(…) una mayoría se muestra a favor de formar al ciudadano no europeo en los valores de la sociedad holandesa”.
Como habrán podido comprobar a Holanda le importa poco que sus antiguos colonos tengan su lengua como oficial en su país. El de los tulipanes lo que les exige a todos es que la cultura holandesa sea respetada y se integren en ella, más o menos como se decía cuando nos incorporábamos al servicio militar y al entrar al cuartel leíamos: “Todo por la Patria”, donde los cojones debían ser colgados allí, (léase entrada por la frontera) y cuando recibíamos la “verde” (la licencia), volvíamos a nuestros hogares con nuestros papás y nuestras mamás los cojíamos y nos los volvíamos a colgar otra vez entre las piernas (léase salida por la frontera). Si a alguien el símil le ha parecido chusco, que le ponga el que mejor vea, no me importa ni me molesta.
Menos mal que la Real Academia Española está dispuesta a modificar el diccionario para incluir las uniones del mismo sexo. Dice la R.A.E. “que si tal ampliación de significado se consolidara en el uso general de los hispanohablantes, tendría que recoger esa nueva acepción”. La Academia recuerda que la primera acepción de matrimonio viene de “máter” (madre en latín), pero que “las palabras pueden ir incorporando nuevas acepciones diferentes y hasta opuestas”. El secretario de la Academia, Francisco Rodríguez Adrados propuso que se emitiera un informe defendiendo que se usara otra palabra para definir las uniones de gays y lesbianas. Esto fue apoyado, entre otros, por Alvaro Pombo, quien se declara homosexual, “pero siempre desde un punto de vista lingüístico”. O sea que todo esto de las uniones de gays y lesbianas, y la jilipollez de las peras y manzanas, va por buen camino. Veremos como se enseña en los colegios para desterrar, desde chiquitillo, esa homofobia ancestral que se respira en la calle, donde se suele decir sin rubor, por el desconocimiento: “Hombre yo, a los maricones y a las machorras los respeto en su forma de ser”; pues claro que si, ¡joder!, como debe ser, y ellos a usted también la suya, que a veces deja muchísimo que desear.
Reciban un cordial saludo, y los homófobos: pues que se jodan, ¿o no?.


Juan J. Aranda
Febrero de 2005