viernes, enero 20, 2006

La poesía en la enología Enero 2005

LA POESÍA EN LA ENOLOGÍA

Yo no creía que los enólogos, los que estudian la ciencia del mostagán que trasegamos por nuestras gargantas para que sea lo más bueno a nuestros paladares, fueran unos poetas cuando describen la elaboración y lo que contiene cada botella, y si no vean cualquier etiqueta de cualquier botella de cualquier denominación de origen. De un vino de la Ribera del Duero dicen: Cata: color picota cereza de capa alta. En Nariz: destacan las notas de frutos maduros y especias sobre todo de madera. En Boca es carnoso y sedoso y transmite redondez. Es muy persistente. Lo de muy persistente debe ser real porque muchos caldos te invitan a seguir “soplando” tan a gusto y sin que te des cuenta te has tragado tu cosecha de varios días, y si es con unos taquitos de queso manchego o de pata de un buen guarro extremeño, estupendo. No me digan que la explicación de la redondez, de la seda y de la carne no es poético para referirse a cuando echamos un trago de un tinto de Quintanilla del Pidio, un pueblo de Burgos de apenas 200 habitantes. Sobre el color te lo describen semejante al de las cerezas; lo que ya se me pierde es eso de la cereza de capa alta, que seguramente los del Valle del Jerte en Extremadura darían una buena y científica explicación sobre la variedad de las Mazzards y Hearts. Los cerezos de este valle cuando están en flor es algo fantástico para la vista, por el colorido níveo de sus árboles; que por cierto su madera también es muy apreciada por su valor, casi tanto como la del caoba. Sobre el olor, eso de notarlo como frutas maduras y especias y destacando la madera, es para mí una forma de poetizar lo que olemos al escanciar ese tinto en un vaso limpio de los demás olores. Luego te dicen las clases de uva: Macabeo, Garnacha, Tempranillo, Cencíbel, etc., todas con nombres raros de bandoleros, de antiguos cómicos de pueblos, y de patriotas y gobernantes judíos. Su elaboración es del estilo tradicional, que creo, es la mejor. La temperatura de fermentación suele ser de unos 25º grados. Los días de maceración, son de 10 días, y al final te dicen el tiempo de la crianza, más o menos como a un bebé, si es que a este se le da la teta, que suele ser de unos 18 meses en una barrica (cuna) de roble blanco americano. ¿Porqué debe ser blanco y no de otro color?; “Doctores tiene la Iglesia”, (menos con el condón y la homosexualidad) como los bodegueros para elegir esa clase de madera. Sobre la crianza recuerdo que cuando apenas eché a andar mi madre me llevaba a una miga en la calle Duque de la Torre (actual Teruel), la de doña Nieves; hoy les llaman guarderías, como si los críos fueran objetos que se deben guardar para que no estorben; casi todos los niños solíamos llevar dos reales y algunos una banquetita para sentarnos, pero siempre con la bragueta desabrochada, ya que muchos de nosotros solíamos jiñarnos sin pedir permiso a nadie, y para qué, y allí estaba la buena de doña Nieves limpiando culos a dos reales cada uno. Apenas sonaba el cañonazo de las doce del medio día en el Destacamento de Artillería de Ataque Seco, salíamos en desbandada como ratones asustados por el maullido de un gato y con la banqueta a cuestas hasta nuestras casas. Qué crianza más emotiva si recuerdas, como yo lo hago a cada instante, cuando mi madre me recibía sonriente, y a escondidas, me daba parte de su salud: “Para que cuando seas mayor no te resfríes”, me decía la pobre mía. Más tarde el médico don Juan Espona con su sordera bruscamente me quitó lo más preciado que tenía, y era eso, la leche de mi madre; y lo hizo subiéndome encima de su mesa negra decimonónica y zarandeándome: “La teta se acabó, ¿me entiendes malandrín?, que ya tienes buenos dientes”. El caso es que llevaba razón, los tenía y aún poseo los treinta y seis, pero como mi madre era así, y yo tan egoísta y tragón, qué quieren que les diga. Eso sí fue una realidad, la teta de mi madre se acabó para mí totalmente, pero la meada que le eché encima de su mesa quedó grabada en los papeles que tenía en ella. No crean que fue aposta, ni mucho menos, fue porque el tío me dio tal susto que aún hoy, después de casi sesenta años, sigo recordándolo. Al rato, pegándome un buen fregado por mis partes, aún no pudendas, le comentaba a mi tía Virginia, su hermana: “Qué vergüenza, mira que orinarse encima de su mesa”, decía muy seria; luego supe que interiormente sonreía; ella era así. Yo creo que el bueno de don Juan ya no se le ocurriría subir encima de su mesa a ningún otro niño, ni siquiera para reconocerle alguna parte de su cuerpo.
Reciban un cordial saludo.


Juan J. Aranda
Málaga enero de 2005

lunes, enero 09, 2006

De tapas y aceitunas 09/02/2005

DE TAPAS Y ACEITUNAS
Hace como medio siglo en la procesión de la Virgen del Carmen, que salía de la Iglesia Castrense, iba yo muy chulo con mi trombón de pistones desfilando junto a mi amigo Paco Roldán en la Banda del Frente de Juventudes, cuando en uno de los descansos del trayecto aparece un señor muy guasón a mi lado y me pregunta de sopetón: “Oye chavea, tú sabes en que tono está un plato de aceitunas”. Paco Roldán empezó a reír abrazado a su tuba, que por cierto tocaba con ella unas czarda hungara como si fuera con un clarinete. Paco era, y sigue siendo un fenómeno musical. Yo, la verdad, es que no tenía ni puñetera idea de lo que me estaba preguntando aquél hombre tan guasón y me decía a mí mismo: cómo va a tener un plato de aceitunas una tonalidad. Claro está que lo que este hombre se refería era un acertijo, hasta que él mismo nos sacó de dudas al responder: “Un plato de aceitunas está en el tono de La-Sostenido-Mayor”, ¡toma ya!, o sea que cuando vas a coger una de un plato, egoístamente hablando, sueles coger la más gorda, sostener la mayor: “La Sostenido Mayor”. Tengo que decir que ese señor era el tío de mi amigo Paco, por eso éste se reía tan alegremente, bueno, el caso es que nos reíamos de cualquier cosa, hasta de nosotros mismos, y creo que aún seguimos igual, pero con un puñado de tacos de almanaques a nuestras espaldas. La persona que tenga alguna noción de música entenderá este juego de palabras.
Esta anécdota del plato de aceitunas me vino a la memoria cuando leía la entrevista publicada el domingo 23 de enero que Jacinto Montes le hace al señor Miguel López Luna, propietario de un bar en el Barrio de la Victoria, y tengo que decir que de las veintiocho preguntas que le formula y las sendas respuestas la décima, por lo aceitunera, es la que me ha movido, con todo el respeto, a replicarle. Dice Jacinto Montes: ¿“Qué significan las tapas para la clientela de Melilla”?. El señor López le contesta: “Es una tradición. Un bar sin tapas de pescado es como un jardín sin flores (los hay que solo sirven tablas de jamón, queso y chacinas y no les hace falta ninguna flor). En Melilla estamos muy acostumbrados a ello. Muchos establecimientos tienen la barra llena y las mesas por unas excelentes tapas, sobre todo de pescado, que es el producto más típico de nuestra ciudad. La clientela, en muchos casos, piensa que con tres tapas ha comido y no tiene que hacer la comida ni fregar los platos. Cuando salimos a la Península echamos en falta las tapas. Solo nos dan aceitunas y a veces bastante malas y escasas” (sic). Estoy seguro que este último párrafo el señor López lo ha dicho sin pensar, como muchos melillenses que se desplazan a la Península y desconocen los lugares y establecimientos donde sirven unos platos que en nada tienen que envidiar a ningún otro lugar, y también los caldos que se beben allende la otra orilla, o sea, en esta de la Península. Como se ve que este señor es joven y emprendedor, y aparentemente con el semblante de buena persona con muchas ganas de currar le diré, con otra anécdota del fruto del olivo, que en nuestra ciudad allá por los años en que los niños jugábamos al: “¡Va, dicho!”, en El Rastro o El Zoco había una taberna que se llamaba “La Oficina” donde ponían de tapa una sola y triste aceituna por cada vaso de vino que te servían, y si era de las partidas, se le denominaba: “una martirizada”. Mucha gente que peinan canas, el que las tenga, si no son calvos, recordarán a este hombre con una media toalla rodeándole el cuello, que lo mismo servía para limpiar las dos mesas de hierro con los tableros de mármol que el reluciente mostrador de gruesa madera. A mi me gustaría, a modo de curiosidad, que el señor López indicara por este medio en que ciudad peninsular y en que establecimiento “solo sirven aceitunas bastante malas y escasas”; lo digo para no ir con mi familia porque, la verdad, si supiera que en un bar te endiñan pocas aceitunas y además “fulastronas” ni lo pisaría, no vaya a ser que nos ocurra como dijo Séneca a la muerte de Claudio: “Su última palabra antes de morir, fue un considerable estrépito, que sonó por aquélla parte por donde más fácilmente hablaba, dejándolo todo cagado”. Dicen, no estoy seguro, que eso es debido al alpechín que contiene el oro verde de Andalucía que huele a demonios.
Yo estoy seguro que mucha gente de Melilla cuando se desplazan a la Península saben que en muchos bares o restaurantes no te ponen una tapa acompañando a la bebida si no la pides con anterioridad, siendo costumbres y usos de cada sitio. Lo que sí es costumbre en muchos restaurantes, mientras preparan los platos, al servirte la bebida para hacer boca, es ponerte un plato de aceitunas donde puede que hayan algunas “pasaíllas”, pero si tú eres un comensal que pagas por un servicio y te sirven otro distinto, solo tienes que exigir otro plato de aceitunas o la hoja de reclamaciones; pero si te callas rumiando por dentro: “vaya mierda de aceitunas que me han endiñado”, te ocurrirá que “rajarás” de ese establecimiento apenas desembarques en tu ciudad, pero no generalizar de toda la Península, como dice el señor López.
Si me lo permite le diré que en esta otra orilla me tiene como un amigo que defiende, entre muchas otras cosas, las tapas de Melilla, pero también las que sirven por estos lares, que son: “tanto monta, monta tanto”; y como dice el refrán: “En todos los lugares cuecen habas, y en el mío, a calderadas”.
Reciba un cordial y amistoso saludo
Juan J. Aranda
Málaga enero 2005

Recuerdos de un niño bueno 09/02/2005

RECUERDOS DE UN NIÑO BUENO
Quién pudiera no morirse del todo para así ver lo que ocurre en los dos sitios, dijo el filósofo, para ir segregando los pasajes de la vida, que por la edad tan lejana en el tiempo a veces se difumina en la memoria e impide observarlo con nitidez. Todo esto sin alargar los días, sino mejorarlos; recordar cuando acompañaba a un amigo, el hondero experto que manejaba la honda mejor que nadie. Donde decía que iba a dar la piedra, allí resonaba como un proyectil. Era un niño que contaba con cierta gracia sus impresiones, exagerando y rellenando con historias y fantasías imaginarias todo lo que en su corta vida había visto. Poco tiempo después se convirtió en un pozo de angustias y de penas lloradas por la pérdida de su madre, muerta cuando apenas lo vistió de marinero para cumplir su comunión, siendo la que comprendía y aceptaba sus “rarezas” que él, por su corta vida, no lograba descifrar. Cuando a la fuerza se hizo adulto imberbe le sirvió de base para que su memoria en la adultez madura fuese su mejor compañera. Los ojos se le convirtieron en una engañosa expresión melancólica, y su cabeza que de niño fue rizada se transformó en ondulaciones grises en su cuerpo enjuto de campesino constantemente bañado por el sol andaluz. Él pasea en la actualidad por las calles de Melilla ensimismado en sus edificios neoclásicos que entonces no entendía, ni tampoco su amigo; los edificios estaban allí y para ellos era lo más natural; recordando los vasos de leche con bollos pegados a un papel que se tomaba en “La Cabaña” frente a la Comandancia; cuando se comía los dátiles ásperos del Parque Hernández observando los patos y los niños litris patinadores; camina por sus barrios del extrarradio, donde bailaba con la música de un “pickú” en algún patio de vecinos intentando que una muchacha comprendiera su pena escondida en su alma solitaria llena de incertidumbres, mientras su amigo robaba el beso deseado a su pareja de baile. Su recuerdo del Puerto cuando se entretenía en observar a los pescadores de caña que solo lograban recoger alguna que otra “lisa” con olor a gasoil, sonriendo cuando su amigo llevaba en un saco escondido un gato, que soltaba a pocos metros del pescador, despotricando éste de la acción y acto seguido recoger sus arreos y caminar en dirección al Mantelete, siempre volviendo la mirada y soltando los peores improperios hacia ellos, cuando él no tenía culpa alguna, sino que era su bromista amigo; pero lo más importante, decía, era el recorrido por El Pueblo, por sus calles medievales donde los felices alumnos de Marte antaño con candidez se contoneaban pisoteando airosamente sus adoquines, decía. A modo de disculpa, como si fuese un pecado cometido durante su vida toda llena de bondad, le comentaba a su amigo que cada uno debe tener su propia sexualidad y nada de lo real debe ser humillado con la homofobia. Hoy ese amigo sabe que la luz de sus pensamientos iluminan toda su alma, sin dejar ningún resquicio a oscuras, comentándole lo que el Padre Coloma llamaba, “La LLamada Divina”: “Más Jesús volvió el rostro ya sereno; sonó una voz como viento perfumado, mostró el alma sus huellas y dijo: <pon tus pies en mis pisadas y no te herirán las espinas>”. Con esto su amigo le ofrece su apoyo más firme sabiendo que si alguna vez tuvo miedo era natural por su prudencia, pero actualmente el saberlo vencer es un verdadero valiente.
Su amigo le desea lo mejor doblado por mil.

Juan J. Aranda
Málaga febrero 2005

Exámenes en Holanda y bodas gays 09/02/2005

EXÁMENES EN HOLANDA Y BODAS GAYS

Leo en El País del sábado 5 de febrero: “Holanda exigirá a los inmigrantes un examen de formación cívica”. La ministra liberal holandesa, Rita Verdonk ha presentado este plan para los que aspiren a instalarse en la Unión Europea. Las pruebas serán teóricas sobre la sociedad holandesa, su historia y sus costumbres, y la otra de lengua. Estas deben ser aprobadas necesariamente por todos los aspirantes a un permiso de residencia en los Países Bajos. Las pruebas están pensadas para ciudadanos de Marruecos, Turquía y Surinam, su antigua colonia del Caribe, que por cierto el idioma oficial sigue siendo allí el holandés, aunque hablen el Sranang Tongo (Taki-Taki), que más bien suena como un andador taca-taca, por no decir traca-traca. Los exámenes deberán efectuarse en las distintas embajadas, que son 140 sedes abiertas fuera de la UE. Para evitar los fraudes serán tomadas las huellas dactilares de cada candidato en cuestión. Dice que el Ministerio de Inmigración calcula que necesitarán entre 250 y 300 horas de estudio para salir airoso de la prueba que costará unos 350 euros. Si esta no es buena el candidato tendrá que repetir cuantas veces sea necesario, pero entonces lo tendrá que abonar de su bolsillo. El Gobierno holandés brinda, por 45 euros, un vídeo de 90 minutos donde expone la situación política y social del país. La ministra defenderá el proyecto durante esta próxima primavera ante el Parlamento donde: “(…) una mayoría se muestra a favor de formar al ciudadano no europeo en los valores de la sociedad holandesa”.
Como habrán podido comprobar a Holanda le importa poco que sus antiguos colonos tengan su lengua como oficial en su país. El de los tulipanes lo que les exige a todos es que la cultura holandesa sea respetada y se integren en ella, más o menos como se decía cuando nos incorporábamos al servicio militar y al entrar al cuartel leíamos: “Todo por la Patria”, donde los cojones debían ser colgados allí, (léase entrada por la frontera) y cuando recibíamos la “verde” (la licencia), volvíamos a nuestros hogares con nuestros papás y nuestras mamás los cojíamos y nos los volvíamos a colgar otra vez entre las piernas (léase salida por la frontera). Si a alguien el símil le ha parecido chusco, que le ponga el que mejor vea, no me importa ni me molesta.
Menos mal que la Real Academia Española está dispuesta a modificar el diccionario para incluir las uniones del mismo sexo. Dice la R.A.E. “que si tal ampliación de significado se consolidara en el uso general de los hispanohablantes, tendría que recoger esa nueva acepción”. La Academia recuerda que la primera acepción de matrimonio viene de “máter” (madre en latín), pero que “las palabras pueden ir incorporando nuevas acepciones diferentes y hasta opuestas”. El secretario de la Academia, Francisco Rodríguez Adrados propuso que se emitiera un informe defendiendo que se usara otra palabra para definir las uniones de gays y lesbianas. Esto fue apoyado, entre otros, por Alvaro Pombo, quien se declara homosexual, “pero siempre desde un punto de vista lingüístico”. O sea que todo esto de las uniones de gays y lesbianas, y la jilipollez de las peras y manzanas, va por buen camino. Veremos como se enseña en los colegios para desterrar, desde chiquitillo, esa homofobia ancestral que se respira en la calle, donde se suele decir sin rubor, por el desconocimiento: “Hombre yo, a los maricones y a las machorras los respeto en su forma de ser”; pues claro que si, ¡joder!, como debe ser, y ellos a usted también la suya, que a veces deja muchísimo que desear.
Reciban un cordial saludo, y los homófobos: pues que se jodan, ¿o no?.


Juan J. Aranda
Febrero de 2005

Invitación a una reflexión 26/01/2005

INVITACIÓN A UNA REFLEXIÓN

La Didáctica tiene por objeto enseñar y su característica es la verdad. La Oratoria tiene por objeto persuadir y su característica es la elocuencia. La Poesía tiene por objeto deleitar y su característica es la belleza. Así es más o menos lo que pensamos mucha gente respecto al significado de estas palabras. No crean que lo que leen es una réplica negativa en toda la línea de flotación de los artículos del señor Ángel Niu; nada de eso, como dice el título del artículo es, si este señor me lo permite, una invitación a la reflexión que le hago desde mi humilde visión. Verán ustedes: yo llevo leyendo este periódico desde hace varios años, y a sus colaboradores con más detenimiento, pero a los poetas creo que con fruición, ya que tengo la suerte y el honor de que me hayan incluido entre ellos. Uno de estos colaboradores, el señor Niu, cada vez que leo su columna, me sorprende con sus provocaciones contra el gobierno que actualmente ocupa el Palacio de la Moncloa. Pero ciñéndome de lo que leo de él, que casi siempre es una penitencia que me impongo por los errores humanos que puedo cometer en mi cotidiana vida, no tengo más remedio que decirle que sentí un pelín de rubor cuando leí su artículo titulado: “Trascendencia”, de la semana pasada. En él “ha vaciado la pileta”, “ha echado el resto”, como vulgarmente se dice. Al Rey de Marruecos le llama: “dictadorzuelo chulesco y un mierda seca”. Dice que nuestro Presidente de Gobierno “tiene un grado de atontamiento”, haciendo un símil de los que también opinan del “atontamiento” de Mohamed VI. Por ejemplo: si ser tonto es traer las tropas de Iraq, ¡viva la tontería!; claro que si llega a ser tan listo como su antecesor ahora estaríamos llorando la muerte de muchos más de nuestros soldados; que por cierto, un dato: el anterior ocupante de La Moncloa, en tres años recibió al señor Rodríguez Zapatero tan solo tres veces, y era el líder de la oposición; y éste ha recibido al señor Rajoy, actual líder de la oposición tres veces en nueve meses, o sea que el “atontado” le va ganando proporcionalmente en recibir visitas, tanto al líder de la oposición como a los demás líderes de los distintos partidos del arco parlamentario; también ha recibido con todos los honores a los presidentes de las CCAA, incluidos los de Ceuta y Melilla. Al final del artículo se permite “mandar a Mohamed VI al quinto carajo, Rey o no, es un sopla poyas; y un corte de manga en definitiva, lo único que merece de parte de cualquiera con sentido de dignidad”. Permítame, señor Niu, disentir con eso de la dignidad: yo sí la tengo, como mucha gente de izquierdas y de derechas, y jamás se me ocurriría hacer lo que usted ha hecho tan alegremente, sea o no dictador, y es por ello lo que me ha obligado a invitarle desde estas páginas a que haga una reflexión cada vez que se ponga a escribir en esos términos. No deseo entrar con usted en polémica de política de partidos, solo que reflexione e indicarle lo que le ocurrió al General Fuentes el 28 de enero de 1895. Después de la Guerra de Margallo, llegó a Madrid una embajada extraordinaria de Marruecos encabezada por Siri Brisha, y al entrar al hotel Rusia, donde se hospedaba, un señor mayor se acercó al embajador y lo abofeteó. Algunos testigos afirmaron que se enfrentó con el diplomático marroquí diciéndole: “¡Todavía hay en España alguien capaz de vengar la muerte del General Margallo”. Al General Fuentes lo trasladaron a prisión y lo sometieron a sumario. A Siri Brisha se le pidieron toda clase de disculpas y la Reina María Cristina, refiriéndose al atentado, le dijo: “El golpe lo he sentido yo en mi corazón”. El diplomático marroquí comentaría más tarde: “No sería yo moro si esta noche durmiera en Madrid”. Con esta anécdota no deseo que se interprete que estoy a favor del gobierno de nuestros vecinos, ni con la política que lleva para su pueblo, pero hay muchas formas y palabras en nuestra RAE para llegar al fondo de la cuestión, y tanto la ofensa como lo chocarrero no tienen cabida en ello.
Y ahora le recuerdo amigablemente que en estos momentos frente al “Trío de las Azores” tenemos el “Póker Español”, fíjese bien: Zapatero como Primer Ministro de España; Moratinos, como su Ministro de Asuntos Exteriores; Borrell, como Presidente del Parlamento Europeo; Javier Solana, como Alto Representante para Política Exterior Europea, y creo que si buscamos el repóker lo encontraríamos en Bono como Ministro de Defensa, que el tío, a pesar que ha sido vapuleado por unos cuantos energúmenos en una manifestación contra el terrorismo, ha cedido cinco millones de metros cuadrados de terrenos de cuarteles de Madrid para hacer viviendas sociales. Todos ellos como sabe son socialistas y compañeros de los que están en Melilla en la oposición y éstos nunca le replican a usted, para que aprendamos todos, al menos yo no he leído nada al respecto, con los argumentos de que disponen, y que deben ser muchos.
Por último, si es que me va a replicar, desearía que no se enoje, y tampoco se queme la sangre porque al final: “todo tela blanca”, como decían muchos niños fronterizos sobre la pantalla cuando finalizaba una película en el cine. Solo le deseo de corazón que pase un buen día cuando lea esto y siento, obviamente, que me sea imposible invitarle a un cafelito y pan cateto de Álora con aceite de oliva para charlar amigablemente, y no deje de pensar en la Didáctica y en la Oratoria, pero siempre, siempre, hágalo en la Poesía. Solo es un consejo, disculpe.
Reciba un cordial saludo.
Juan J. Aranda
Málaga enero 2005

Ánimo a Cáritas 20/01/2005

ÁNIMO A CÁRITAS Y A SUS ALTRUISTAS COMPONENTES

No sé si ustedes saben de la labor que llevan a cabo los componentes de Cáritas Diocesanas en Melilla, como en toda España. Yo, que suelo estar al loro de muchas de las cosas que ocurren en nuestra ciudad, a veces me descubro con el corazón ante el esfuerzo y la generosidad tan valiente que tienen las personas que componen Cáritas en Melilla. De eso me consta porque en ella hay varias personas que son excelentes y una de ellas muy querida que siempre ha estado al lado de los que sufren y padecen. A sus padres los cuidó con los medios que tenía a su alcance hasta que se fueron los dos, en un intervalo muy corto, a La Purísima, igual que a su marido hasta su muerte, pero siempre con el ánimo a punto en el cuidado de sus hijos, que entonces eran pequeños; ahora estos son las columnas que aguantan su espíritu de buena madre. Ella tiene una sola virtud: la modestia, no tiene más. Imagino, y casi estoy seguro de ello, que sus compañeros y compañeras tienen sus mismas cualidades altruistas (si no, no estarían ahí). La prueba más palpable es la de Joaquín González Molero (Quino) que desde su puesto anterior como Consejero de Educación, Juventud y Mujer y el que tiene en la actualidad como Presidente de Cáritas. Este hombre, como todo el mundo sabe dejó su huella indeleble tras pasar por esa Consejería. Hizo que los niños melillenses participen en el bello arte de Talía; dejó en marcha el Certamen de Relato Corto, funcionando estupendamente, y creo que internacionalmente. Las becas y los ordenadores concedidos para los que más lo necesitan; la Casa de la Juventud, y tantos etcéteras que ignoro por estar en esta orilla, pero que mucha gente de la ciudad, tanto adversarios políticos que practicaron la noble emulación, como alguien llamó a la la fea envidia, como compañeros de partido, conocen a la perfección. A todos les brindo mi sincera amistad por su abnegado altruismo hacia los demás. Ya sé que a ellos no les va esta clase de “homenaje” desde las páginas de un periódico, cosa que respeto profundamente, pero como mi menda ya tiene una edad que pasa de muchas cosas, menos de esta, yo lo digo tal como lo siento, y si alguien quiere cooperar con lo que sea, si es jurdó (dinero) tanto mejor, que lo lleve a la oficina de Cáritas que verán lo agradecidos que le quedarán; y en estos días con el desastre tan grande del maremoto del Indico imagínense ustedes. Así que ánimo y ayudemos a las personas de Cáritas, que solo piden para los demás.
Yo que soy muy reiterativo al referirme al porqué, cómo, y quiénes fueron los que llevan sus nombres rotulados en las calles de Melilla me pregunto cómo es posible que el nombre de Fray Felipe de Coín no tenga su nombre en una de las antiguas Barracas de San Francisco, ya que a su muerte prometieron rotular una con su nombre en esa misma barriada, y aún estará la promesa deambulando por ahí, más bien quietecita en un cajón de algún despacho de algún preboste olvidadizo. Quizás tengamos suerte y dentro de poco tiempo podamos leer su nombre en una de las esquinas de esa barriada que fue de las que más sufrió la pobreza en la ciudad. ¿Sabían que éste fraile llamaba “Mi Niña” a la Virgen de la Victoria, y que estaba en posesión de la Medalla de Plata de la Ciudad ?. Llamaba “Mi Niña” a la Virgen porque cuidó su imagen durante cincuenta años, y para él, como para la comunidad entera era: “Su Niña”. Y la Medalla de Plata como no se la dan a cualquiera, creo que se la ganaría por su abnegación hacia los más humildes. Todo esto es recordado de conversaciones con la fuente del “Experto en Santos, Vírgenes y Beatas”, José Luís Blasco López, antiguo Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, y ya que a él no le gustan los homenajes lo cito con todo el cariño porque es uno de los que más saben de estos temas; además porque lógicamente es la verdad, y también porque me da la gana. Al Cesar lo que es del Cesar y a José Luís lo que es suyo. Así que ya sabes mi querido amigo, si no supieras nada de nuestra ciudad ni te hubieras dejado la piel por su Historia, no saldrías tanto en los papeles.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga enero de 2005

Algo sobre un sostén 19/01/2005

ALGO SOBRE UN SOSTÉN, UNOS CUCOS (bragas) Y UN CALENDARIO

En estos momentos estoy observando la fotografía donde se puede ver la estatua de uno de los torsos desnudos que existen en el Paseo Marítimo, y créanme que no sé si sonreír o poner cara de póker; lo que sí me da rabia es cuando unos guarreras, ergo guarros y maleducados pintorrean esas obras de arte, manchándolas y afeándolas porque a ellos se les ha plantado en sus exiguos y vanos escrotos. Quizás éstos majarones e imbéciles que manchan esas obras y también los que destrozan los signos, últimos vestigios del anterior régimen, se creerán que son las autoridades las que lo abonan descontándoseles de sus emolumentos el costo; si serán mentecatos y estúpidos, si somos todos los contribuyentes los que con nuestros impuestos los que lo pagamos, so jilipollas. El sostén que le han colocado al torso desnudo del Paseo Marítimo a mucha gente le hará gracia y lo tomará como una jocosidad gamberra; otro le hubiera puesto unos cucos, (“niña, tápate que se te ve el pipiricuando por los cucos, decía una vieja”) lo que es la actual braga femenina. Yo creo que la persona que colocó el sostén en la obra de arte no es que esté en contra del desnudo femenino, solo es un imbécil que se quiso hacer el gracioso y nada más. La persona que denuncia el hecho de colocarle el sotén al desnudo dice: …. “ Qué es lo que buscan con este tipo de acciones”. No buscan nada, solo ser unos idiotas, y hay que felicitarse porque no le han hecho otra cosa peor.
Y ahora para que se nos quite la mala leche por los lamentables hechos de esta gentuza les diré que existe un calendario de bolsillo con dibujos de nueve animales y sendas leyendas con el titulo en el reverso de los meses cuyo título es: “La historia sexual del hombre”. Este calendario tuve que enseñárselo, y también que lo leyera, a un señor de edad lejana cuya lengua era muy expresiva en temas sexuales, manifestando que él aún era capaz (no capataz) de funcionar en el bien llamado fornicio como cuando tenía treinta años, y creo que pasa de las siete décadas. Empieza: “De los 10 a los 15 es como el mico: vive pelando la banana. De los 16 a los 20 es como la jirafa: se come todas las florecillas. De los 21 a los 30 es como el buitre: se come todo lo que le apetece. De los 31 a los 40 es como el águila: escoge lo que se va a comer. De los 41 a los 50 es como el papagayo: habla más de lo que come. De los 51 a los 60 es como el lobo: persigue a Caperucita Roja, pero se come a la abuela. De los 61 a los 70 es como la cigarra: canta, canta y no come. De los 71 a los 80 es como el cóndor: con-dolor aquí, con-dolor allá. De los 81 en adelante es como la paloma: solo caga”. Imagínense como quedó el “Picador de chinches bravas” al acabar de leerlo: tiró la sabana de fantasma y su fanfarria por los suelos, y se hartó de reír con ganas diciendo que la risa mueve no sé cuantos músculos de la cara, menos el que él deseaba. Tengo que decir que es un nuevo amigo, y además le gusta el puro y castizo cachondeo.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga enero de 2005

Recuerdos de la aguada de la cuesta del Kursaal 12/01/2005

RECUERDOS DE LA AGUADA DE LACUESTA DEL KURSAAL

A veces, no siempre, el humo del tiempo se entremezcla con mi memoria de cuando tenía el pelo negro azabache y correteaba por las calles de Melilla en busca de algo que siempre llevaba conmigo. Ese algo nunca lo encontraba, como nuestra sombra, que jamás se logra pisar. Era la alegría y la pasión de un niño feliz, felicidad que en la actualidad aún me dura; siempre lo he achacado a que me suelo reír de mis mismas tonterías, y más si leo algo como el poema de Alfonso Sastre cuando estuvo en la cárcel por discrepar con el señor que residía en El Pardo, junto a nuestro paisano Fernando Arrabal. El poema dice: “Tú, desnudo retrete, retreteas / la poca habitación en que ahora habito./ Por más que me separo no te evito/ y si yo en ti me cago, tú la meas/”. Yo recuerdo hace como medio siglo que mi padre, que era conductor ( a él le gustaba decir chofer) del Parque de Bomberos, en los días de vacaciones de colegio, gustaba de llevarme algunas veces en la regadera Leiland o Chevrolet en compañía del ayudante de turno; que eran generalmente Bosch o Infante; aquél era solterón muy fuerte, y este era un padre prolífico de familia numerosa; los dos unas excelentes personas que me demostraban un cariño semejante a la de un padre, el caso es que yo lo pasaba en grande junto a ellos. Imagínense un chaveílla con apenas diez o doce años subido en un camión de bomberos, que hacía las veces de regadera en los toros, cargar los depósitos de agua a algunos barcos atracados en el Puerto; también regar las calles más céntricas, siendo esto lo que más me “flipaba”, porque les daba envidia a los demás “andarríos” cuando me veían todo ufano baldeando la Plaza de España con los chorros a presión. El agua de estos riegos solían repostarla en las aguadas del río Oro o la que existía en la cuesta del Nacional. Sobre esta cuesta a veces me da que pensar porque no sé si llamarla como lo hacía mi madre: Cuesta del Kursaal, Cuesta del Nacional, la del Parque de Lobera, o como se le denomina en la actualidad: Cándido Lobera. Pero yo sé, y mi amigo Juan Coca también, que entonces era la calle “A” del Barrio de Ataque Seco.
Hace unos días leía en este mismo diario que unos gamberros mierdosos acostumbran a soltar los contenedores de basura por esa cuesta abajo, con el peligro que eso acarrea por lo pronunciada que es. Otro hecho que podemos leer en la página “Los melillenses nos dicen” es: “la quema de contenedores y papeleras, arranque de bancos e incluso señales de tráfico”, según decía un lector. Pues anda que el que vive en el barrio Del Real que dice que algunos de estos jilipollas lanzaron huevos en la puerta de su edificio; más de uno habrán pensado que debieron ser los suyos, los de los lanzadores, los que debieron quedar despanchurrados allí mismo; para lo que les sirve, ¿verdad?. La educación de los niños se debe dar en sus hogares y la enseñanza en los colegios, pero si en las casas de estos angelitos que tienen todos los Derechos, los de nuestra Constitución y los del Niño, no reciben nada de educación, no creo que sus profesores, a los que admiro, puedan hacer mucho por su recuperación.
Referente a la aguada de la Cuesta del Kursaal, disculpen, la llamo así en memoria de mi madre, y ya que está en actualidad la marcha de los Capuchinos de nuestra ciudad recuerdo que cerca de esta aguada y la casa de Gámez Morón (el médico de los niños), donde tuvieron la osadía o el descaro de arrancar una araucaria centenaria, había una casita, y según me comentaba un buen amigo, Fray Felipe, que vino procedente de Coín (Málaga) vivía con sus tíos en ella en la segunda década del siglo pasado; también que estudió en la Academia Samper. Este buen fraile conocía y hablaba el Chelja como cualquier ciudadano fronterizo. De todos estos datos pueden estar seguros de ellos porque proceden de buena fuente.

Opinión sobre el origen de la tapa Enero 2005

OPINIÓN SOBRE EL ORÍGEN DE “LA TAPA”

En 1999 se publicó en Málaga un libro titulado: “Historias y Chascarrillos Malagueños”. Su autor, Diego Ceano explica tan detalladamente cada tema, y créanme si les digo, que cada una de esas historias y chascarrillos tiene su gracia especial, y además de hacernos sonreír nos enseña los orígenes de muchas palabras y costumbres de esta ciudad malacitana, que también exportaron muchos de nuestros abuelos a Melilla. Una de estas es: “La Tapa”, ese “piquislabis” que tan bien conocemos en Melilla y que tanto nos gusta a los melillenses. Dice Ceano que algunos arabistas del tan traído y llevado Legado Andalusí dan por sentado que es de orígen árabe, ya que estos ofrecen unos platos para que se degusten antes de almorzar. Yo digo como Ceano, no voy a entrar ni a salir del tema, lo que sí deseo comentar es el origen de nuestra tapa, la actual, el taquito de jamón, el de queso, la tacita de caracoles, el platito de pescados fritos o asados, entre la gran gama de ellas que nos sirven en nuestros bares acompañando al vaso de vino (chato: vaso bajo y ancho lleno de vino) o de una jarra de cerveza fresca. Los arrieros y cosarios (mandaderos) que cubrían los caminos de pueblo en pueblo en la provincia de Málaga tenían la costumbre de parar en las posadas, ventas o aguaduchos del camino, para repostar ellos y sus caballerías. Estos comercios para señalar su categoría, como en la actualidad hacen con los tenedores en las puertas de los restaurantes o estrellas en los hoteles, plantaban cipreses; si señores, como en los camposantos. De ese modo si el viajero veía que la posada tenía plantado un solo ciprés, significaba que solo despachaban vino; si tenía dos cipreses servían vino y comida; si eran tres, daban además alojamiento, y si eran cuatro, entonces el lujo era como en la actualidad un hotel de cinco estrellas. Cuando en estas tabernas de solo un ciprés, que también hacían las veces de estafeta postal, se reunían varios arrieros que entre copa y copa y a palo seco pillaban unas cogorzas que hacían que el correo y los encargos encomendados llegasen tarde a sus destinos. Ante esto se dictó una disposición real por la que obligaba a los taberneros o dueños de estos establecimientos donde se despachara vino que no sirvieran ni un solo vaso sin que fuera acompañado de un trozo de chacina o cualquier otro embutido, para así, con algo solido en el estómago, mitigar en lo posible las incómodas borracheras. Los taberneros solían poner las rodajas de estas chacinas con su correspondiente rodaja de pan tapando el vaso, de ahí el apócope de tapadera, la tapadera del vaso, o sea: la tapa.
Pero como imagino que algunos estarán pensando que ese es uno, de los varios orígenes, yo también tengo otra anécdota aún más cercana en el tiempo que puede también ser uno de los orígenes, y es que cuando el Rey Alfonso XIII visitaba Jerez, como es natural las autoridades locales le ofrecieron un refrigerio al aire libre, y como el aire traía molestos insectos y polvo, el camarero que estaba al tanto del rey tuvo la precaución de taparle la copa con una rodaja de chorizo o de queso para que no le cayese nada dentro, y cuando Alfonso XIII se lo tragó acompañado de “la tapa”, pidió otra copa: “Pero esta que sea también con lo que tapaba el vino”; dicen que dijo. Elijan ustedes, y si tienen otra los lectores de este periódico estaremos encantados de saberla.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga enero de 2005

De chistes y reivindicaciones Enero 2005

DE CHISTES Y REIVINDICACIONES

A veces, por lo complicados que son, los chistes gráficos de Máximo en El País más bien parecen jeroglíficos, y de verdad que me cuestan trabajo llegar a entenderlos, pero el que publica el 23 de diciembre pasado sobre las nacionalidades de vascos y catalanes es para que mucha gente con el oficio de reivindicador lo lean constantemente. Otros tienen los oficios de albañilería, mecánica, ingeniería, medicina, etc., o sea que no se le debe dar mayor importancia; yo me refiero a los que solo recogen de nuestra Carta Magna lo que les conviene para su beneficio, que no son otra cosa que los derechos, aunque algunos de estos no los hayan adquiridos como lo hemos hecho los demás españolitos desde que nuestras madres nos echaron a esta vida. Ellos claman por la libertad de todos los ciudadanos; muy bien, estupendo y cojonudo, pero hay que tener en cuenta que esta conlleva muchas obligaciones para el que la ejerce. El griego Plutarco, que de tonto no tenía un pelo, decía: “La verdadera libertad es sujetarse a las leyes de la razón”. Por ejemplo, en este caso: cumplir la ley y ser esclavo de ella, que son las cadenas que mejor se llevan colgadas, aunque a algunos habría que colgárselas en sus bolsas escrotales por cabrones maltratadores. ¿Los deberes?, ¡por favor!, esos que los hagan otros, que ellos están muy ocupados en reivindicar desde su “quinta columna” en favor del vecino de al lado. Lo de “Quinta columna” lo digo haciendo el símil de cuando en la Guerra Civil en el Madrid sitiado por Franco existían agentes de este que pasaban información a sus tropas. Y ahora vamos con el chiste de Máximo que dice así: “Ustedes son vascos, catalanes, ¿y qué?, lo mismo que han nacido ustedes ahí, podrían haber nacido en Ruanda o en Suecia. ¿Se consideran de otro género humano que un sueco o un ruandés?. Ustedes son vascos, catalanes, de acuerdo y les felicito, pero no es más que un azar. ¿Porqué dan tanta pomposa importancia a un azar?, ¿No les gustaría mezclarse con el resto de las personas sin darles continuamente la vara con lo de <porque nosotros los vascos>, <porque nosotros los catalanes>?. Al fin y al cabo todos somos de alguna parte, ¿no? . Si, pero no compare <alguna parte> con las Siete Calles (País Vasco) o el Ampurdán (Cataluña)”.
La gran poetisa chilena, Lucila Godoy Alcayaga, cuyo seudónimo era Gabriela Mistral, premio Nóbel de Literatura, gustaba de llamarse “Poeta” en vez de “Poetisa”, con respecto a la tierra donde nacemos, escribió: “La imagen materna de la tierra es una actitud de una madre con su hijo en brazos, sus criaturas (seres y frutos) en los anchos brazos”. La actitud de Melilla, nuestra ciudad, nuestra tierra, con nosotros sus hijos, y con los que ha adoptado a través de estos 507 años, ha sido igual que lo que Gabriela Mistral dice al respecto. Las adopciones han sido, y siguen siendo, por la benevolencia y la gracia de nuestra mamá España, con Cataluña, Las Vascongadas (País Vasco), Galicia, Andalucía, y todas las demás regiones que la componen.


Juan J. Aranda
Málaga enero de 2005

miércoles, enero 04, 2006

Homenaje a José Luis Blasco Enero 2005

HOMENAJE A JOSÉ LUÍS BLASCO LÓPEZ Y A TODOS LOS QUE LUCHAN POR MELILLA CON LA PLUMA Y EL ESTUDIO DE SU HISTORIA

“Qué bien dijo aquel que dijo, cuando dijo lo que dijo”. Este refrán, especie de trabalenguas, viene muy bien al pelo para los que prometieron un pequeño homenaje al que fuera Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, José Luís Blasco López, y solo se quedó en eso, en promesa y golpecitos en el hombro, y no saben que lo que ha hecho, y aún sigue haciendo, José Luís por la cultura es por el amor al arte, en este caso es por el que siente hacia nuestra ciudad y su Historia, con mayúsculas; pero lo paradójico del caso es que nació en Medina del Campo (Valladolid), o sea que el mérito es doble. José Luís es un hombre que no desea nada para él, por su nobleza de alma y su desinterés y honradez, que aportó a la A.E.M. todo lo mejor que ha podido recopilar con sus estudios durante los años en que fue su presidente. Es colaborador de las revistas: Trápana, Aldaba, Cuadernos de Historia de Melilla; de los periódicos: MELILLA HOY, Sur, El Faro, también es Legionario de Honor y Miembro de Honor del Sindicato Nacional de Escritores Españoles. Fue asesor privado del Obispo de Málaga cuando los fastos del V Centenario sobre temas de iglesias y archivos de las mismas. También en la actualidad ha sido propuesto por el Obispado para un cargo de responsabilidad, que espero haya aceptado. ¿No creen ustedes que sería lógico y justo que la Ciudad de Melilla, ya sean las autoridades, o quienes lo deseen le ofrezcan un homenaje?; pero sin golpecitos en la espalda, porque entre estos a veces viene uno “de esquinilla” que te deja deslomado. Decía Diderot que el agradecimiento es una carga que muchas personas desean librarse de ella. Yo digo que al agradecimiento le salen canas muy pronto, envejeciendo de un día para otro, ¿verdad que sí?, pues muy bien: líbrense de esa carga y agradézcanle a un hombre que ha ofrecido a lo largo de su vida muchas horas de trabajo, sin cobrar un duro, para el bien de la Historia de nuestra ciudad. Shakespeare (“Chespi”, para los amigos) decía que el tiempo es el mejor amigo de la verdad y todo lo pone en su sitio, siendo su peor enemigo, el prejuicio, y la humildad su eterna compañera. Y como todo el mundo que conoce a José Luís sabrá que es uno de los hombres más humilde y desinteresado. Con jocosidad, pero con cariño y con su permiso yo le llamo: “Experto en Santos, Vírgenes y Beatas”, porque lo es en verdad. Pregúntenle, si no, por la historia de cualquier iglesia de nuestra ciudad o de las islas y peñones; también por los historiadores de todos los tiempos que han escrito sobre nuestra ciudad. En temas de Melilla se le debe reconocer que es una “enciclopedia viviente”, y convendrán conmigo que algún merecimiento tendrá este hombre. “El mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas”; esto no es mio, es de Concepción Arenal. Al “rusadiano poeta” Juan Garbín, al “poeta andariego de Rusadir”, Eladio Algarra, como a los rapsodas y trovadores musicales que jamás dejan a sus poemas dormir en sus corazones lanzándolos a la gente para que miren crecer el sol por el cielo azul, como nuestra bandera, impregnados del amor de hijos bien nacidos, todos ellos igualmente se merecen ese homenaje que reclamo para José Luís, porque todo el que hace algo bueno por Melilla, como estas personas, son acreedores de ese respeto y aprecio.
Queridos amigos, amantes de nuestra Historia, poetas de calle que brindais con el alma, lo mejor de vosotros, desde esta orilla os digo lo que Pérez Galdós en sus “Episodios Nacionales”: “Si la escalera de los honores es penosa siempre queda la que va al cielo”.
Recibid un abrazo y que el 2005 venga sin la mala leche como el que lo ha precedido.



Juan J. Aranda
Málaga enero 2005